La jefa

Hace algunos años, cuando recorría los caminos de la educación ayacuchana me ocurrió un percance , bueno, en la combi para ser más especifica. Me mande un porrazo como dicen. Estaba camino a San Miguel en La Mar y ya entrando a Tambo la combi en que viajaba junto a otras personas, se chocó con una pared, en la frenada en seco que trato de dar, los que ibamos atrás nos fuimos para adelante y por mi altura fui la única que se dio un porrazo en la cabeza contra una parte del techo de la combi. No me acuerdo mucho, porque quede "privada"solo sentía como bajaba un líquido por mi cabeza y no puede abrir los ojos por varias horas, era como si me hubieran apagado la luz y las lágrimas me caían sin cesar. Solo escuche voces en quechua y manos que me tomaron del brazo y me arroparon en un asiento,

Para resumir porque ello corresponde a otra historia. Regrese a Huamanga y mi jefa me aconsejo ir al hospital porque era el único lugar donde hacían tomografías. Obediente, como nunca, ingrese por emergencias, me pasaron rápidamente a observación y me alojaron en una cama separada de los demás por cortinas de plástico celestes.

Me dispuse a disfrutar la estancia para lograr que me tomaran la tomografía, sin embargo comenzaron a tratar de pincharme para ponerme suero y otras criptonitas estipuladas por el doctor. Como dueña de la sala, corrió mi cortina, una mujer de manos anchas, baja estatura y semblante fruncido. Dé un solo jalón me llevo mi brazo hacia su bandeja de plástico donde esperaban las agujas y otros frascos que evite mirar. Sin miramientos comenzó a hincar e hincar sin poder hallar una vena. Respiro con más fuerza y al escuchar mi primer ay, me miro con ojos de profesora mala,yo tuve que bajar mi cabeza de profesora buena y resignarme a los pinchazos.

Al final no se que hizo y solo vi una aguja con su maguerita que estaban incrustadas en cerca a mis dedos, el dolor que sentía era más fuerte que el golpe que me dí. Y mi mano comenzó a hincharse cada vez que yo trataba de moverme, el brazo completo me dolía y comenze a llorar de verdad,es decir, creo que hacia mucho que no lloraba de dolor. No solo salían lágrimas sino también sollozos y por desgracia mia , se apareció la bendita malogradora de brazos a callarme. Me riño y me dijo que al lado de mi cortina estaba un hombre corneado ( es decir un toro lo había corneado) y que respetara su dolor. Suspire, más me di cuenta al correr la cortina,que el corneado estaba más ebrio, porque se había metido a una corrida tratando de perseguir al toro y por la cara que tenía no aun no sabía lo que pasaba.

Volví a llorar y por fin un medico me vino a verme, le di las quejas y me toco apenas el brazo y la mano: "Lo siento , es la jefa. Ya pasara" Volvía la jefa a verme otra vez, me miro de lejos el brazo y dio algunas indicaciones a otra enfermera que tenía cara de buena, ella vino y me dijo dulcemente: "Pobre tu bracito, no te preocupes yo te voy a cuidar ,la jefa es así" ¿Todos tenían respeto o miedo a la jefa ?, hasta el mismo médico de emergencias.

Esa noche llore mucho porque mi jefa y la Jefa se fueron casi juntas y me quede sola en emergencias, esperando por una tomografía. Con mi mano cada vez más elefantiásica y mi llanto parecido al de una niña pequeña. Ese día jure nunca más ir a un hospital sola o dejar a alguien en un hospital solo. Me dormí con los ay ay del corneado.

Hace 1 semana, mientras daba asesoría a un grupo de enfermeras, una voz conocida y temida de mis recuerdos apareció. Le escuche reñir a otra compañera por no conocer la norma de competencia de su profesión. Mi mano con su jibá elefantistica me tembló y deje que siguiera su reñida grupal por zoom. No sabía que decir, quizas me estaba confundiendo. Paso unos días y en un taller grupal, la misma voz conocida y temida de mis recuerdos volvieron. No podía ser ella ,la jefa. Busque evidencias y en mi registros de tutoreadas : Lugar de trabajo: Essalud de Huamanga desde hace 14 años .La vida es un pañuelo, la Jefa me habla con tanto cariño que hasta Vanesita me dice, mientras mi brazo elefantistica tiene un tip nervioso. Hasta ahora nada le he dicho de mis recuerdos, lo único que sus compañeras cuenten es que ella es la mejor enfermera y buscada porque es especialista en emergencias y cuidados intensivos. Por algo salvo al corneado y aprendí mucho esa noche y vuelvo a aprender hoy ,nada ocurre por casualidad. Las personas pasan y vuelven a tu vida como La Jefa que hoy me ha dicho: "Buenas noches Vanesita, un abrazo desde Huamanga"

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