El lamparín

Decidí ser profesora, cuando iba a dar catequesis a niños de un comedor popular que mi cole tenía a cargo. Nos embarcábamos todos los sábados a las 3pm,hasta donde el asfalto terminaba en la prologación Grau (Piura) que era un médano de tierra, pocas casas y muchos niños con ganas de escucharnos y de comer caramelos.De ese grupo de amigas de promo,creo ( no me dejan mentir, lourdinas) nos tocó la fibra más delicada del tejido social y nos remeció en cierta manera para convivir con la pobreza de los años 90.Cuando termine el cole, las contradicciones de la vida adolescente me hicieron postular a Derecho y luego a Educación , la primera fue porque me gustan las letras y mis mejores amigas postulaban también. Ingrese a Educación,banquee ( lo confieso y mis amigos de Generales lo saben) , contemple a los venados mientras estudiaba, fui asaltada por las ardillas,madrugaba en la biblioteca para llevarme el libro más codiciado de Filosofía,hice trabajos en la rotonda de las petunias y conocí al hombre más guapo del mundo académico,que solo hablaba de Kant.Paralelamente seguí dando catequesis y a 2 años de terminar la carrera, ya tenía trabajo en un cole( Gracias Dr Peréz) y en la UDEP haciendo de asistente de cátedra ( Gracias JoséMary y Victor) Allí me encontré con la primera brecha de la Educación Básica Regular y la Superior Universitaria.Un abismo que no era culpa de los estudiantes ni de los profes. Había que buscar formas para que entendieran que la Historia y Ciencias Sociales cambiaba la vida de las personas y nos volvía en ciudadanos que conocemos nuestro pasado.En ese devenir me enganche con un Proyecto en Educación Rural (Gracias Luzmila y Crisanto) y volví a encontrarme con la brecha de la escuela urbana y la escuela rural,allí nació un proyecto de Cartas viajeras con Yenny Margot Panta Vite y mis estudiantes de Piura urbana,pudieron al final de las interminables cartas conocer como era la vida de un estudiante de Las Mishcas-Chalaco.De allí decidí dejar la escuela urbana porque me di cuenta que quería seguir en el campo rural y con la comunidad, me convencí que sin comunidad no había educación. Seguí en varios proyectos junto a Elsita Fung, la Educación Técnica Productiva, pase a Educación para la Paz,Mujeres emprendedoras, innovación pedagógica,acompañamiento,monitoreos, otra vez el desierto,la selva pucallpina y la puna, pase otra vez a la universidad sin dejar las intervenciones en zonas rurales, seguí por todo el Perú y otros rincocitos educativos en el mundo en varias circunstancias de vida y también de riesgo que como profesora, lo asumí como algo normal que pasan los profes cuando tienen que ir sí o sí a enseñar. Que raro suena ahora, que celebro la víspera día del maestro ( mañana 06) pasando 3 controles de vigilancia covid cajamarquino,justo para continuar con mi camino trazado en la educación rural.

Hoy recorrí la carretera casi desierta y cuando trate de sacar la prueba covid a la última tranquera en Gavilán, del grupo de 5 personas entre ronderos y sutram,escuche la voz de una mujer rondera que se adelanto a contestar al escucharme responder a la pregunta de dónde viene y qué hará en CAX: ¡Es profesora, déjenla pasar,va a enseñar! Es el mejor regalo que he recibido. ¡Feliz día profes, feliz día!