¿Siempre será así?

El cielo de Castilla nos despidió limpio y celeste. Ya no recordé más ,porque siempre me dormía ni bien empezaba a escuchar  la propaganda de la infusión de uña de gato u otros y los males que dejaba el no comer sano ,por parte de un delgado personaje embullido en una camisa blanca y corbata de rigor, para este bus interprovincial. No era indiferente, era cansancio de las 3pm.

Mi sueño fue despertado por ese preludio de lluvia cercana, eran ya las 4:30 pm y Morrópon nos recibía con algunas gotitas de aguita. En la subida a Piedra del Toro y luego el puente de Algodonal las cosas iban cambiando Ya la lluvia comenzaba a caer más densa y el Albaca se serpentiaba con la trocha que se inicia antes de dejar ese km que tanto habia costado construir.F. nos decía que cada año iban a construir un km de pista por lo cual algún día llegaríamos a Chalaquilandia sin baches y seguros.

Ese día solo quería llegar. Pasamos por Santa Catalina de Mossa y Paltashaco y las cosas no eran buenas, ni la Quebrada de la Guerra nos recibía bien , ya que las lluvias de la semana habia empeorado la trocha,con las justas el Albaca pudo pasar y bordear el palacio municipal que nos miraba resignado. Más arriba, tuvimos que bajarnanos varias veces del bus(yo era una de las (voluntarias solidarias)ya que el Albaca solia retroceder por el barro rojizo que lo jalaba. "Taco, taco"-todos deciamos-cuando sentimos ese jalón del cerro que nos llevaba para abajo. Corríamos,los voluntarios solidarios, a la puerta para aligerar la carga y hacer que pueda seguir su marcha hacia arriba. Sentía mis zapatillas hundirse en el barro, resignadas,mas mi corazón se calmaba cuando pisaba ese barro bendito.Podía caminar para arriba sin miedo a caer desde el bus Albaca.Claro que nunca vi caer a uno sin embargo mi tendencia del yo, me hacia bajar siempre del bus.

Subí, un trecho más allá y seguíamos la marcha con la copiosa lluvia y neblina que acompañaba el viaje.La conversaciones dentro del Albaca siempre eran las mismas. "Ya viene otro subida, con cuidado cumpita"-le decían al chofer. "Taco, taco"-otros anunciaban. El silencio era suspendido por las respiraciones agitadas del temor y preocupación .Eran una compañia. Seguiamos por San Miguel y luego nuestra peor prueba : Ñoma.

Era el camino más resbalozo, para mi, el bus sufría más para avanzar por esa trocha delgada que nos llevaba a Chalaquilandia.El barro se ponía más rojizo al igual que el cielo que seguía dando un interminable aguacero de inicio de fin de semana. Rezar,encomendarse, prometer ser más buena...todo vale en este camino.

Ese día logre llegar a Chalaquilandia, muchos lo hacían caminado por el barro, como muchos de los profesores que estaban en Trigopampa y Santiago. Que decir de los que seguían su camino a Pacaipampa...por Cerro Colorado. Los caminos cortos que muchos tomaban para llegar a las escuelas y a sus pensiones. No era nadita agradable llegar así de mojada o por lo menos llegar.

No me puedo quejar, de toda las acciones solidarias del camino. Señores con sus lampas abriendo trochas más grandes, las vecinas de San Miguel que salían a conversar con los viajeros para anunciarles como estaba el camino, o para darnos alguna frutita . Los trabajadores de Senasa o foncodes que llevaban a algunos viajeros en sus motos.Uno se sentía acompañada y mojada de una gran solidaridad.

Allá arriba es otro cosa. Y eso que no había El Niño en esos años. Lo mismo de siempre o mejor dicho lo que no se hace siempre.Nada de gestión prospectiva,nada de gestion correctiva.

A mi regreso, el puente Carrasquillo había colapsado, hicimos trasbordo mientras mirabamos como se llevaba el río parte de sus bases. Las cosechas se perdieron y la vida de allá arriba siguió como siempre."Ya estan acostumbrados" , escuche en Piura.

Y ahora que viene El Niño , que será de estos caminos... que será.





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